Tuvimos unas cuantas sesiones , muy potentes, llenas de duende, que es lo que uno busca en el flamenco , escuchando los veintitantos palos que tiene -eso me lo enseñaste tú-.
Eran unas sesiones en la que ya notábamos que estabas escaso de energía pero tus vinitos nunca te faltaban aunque te los llevara un octogenario a la mesa. Hubo sintonía entre trabajadores del alambre ( de la estructura) que fuimos, nos caímos bien, y eso muchas veces cuesta.
Hicimos un lista de cantaores, que fuimos completando durante muchos días, en sucesivas sesiones cada cual más guapa. Tuvimos sesiones potentes, comiendo y bebiendo en familia comidas de todo tipo incluida marroquí, en una de nuestras segundas casas La Gran Zona.
En las tertulias entre acto y acto, entre canción y canción hablamos de lugares, de viajes y entre ellos surgió un viaje a Lo Ferro al Festival de Flamenco y/o a La Unión al Cante de las Minas.
Si hubiera sido posible, hubiéramos ido, pero te fuiste antes. Y los que somos de palabra cumplimos la misión.
¡Anda con Dios, Amigo Pepe Laosa!¡ Descansa en Paz!
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bodega Lloret, donde dijimos de ir |
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Mercado de abastos, la Catedral del Canto |
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Patio de butacas |