viernes, 3 de abril de 2020

Carta de Nuestra Madrina

 Sociedad Gastronómica Carricoche Yeclano

 «Quien viene a Yecla, viene llorando y se marcha llorando», escuché en una de las primeras sesiones, de entre las muchas y magníficas a las que pude asistir y disfrutar durante mi estancia en tierras heculanas.

Fue muy poco el tiempo que necesité para comprobar de primera mano la veracidad de aquella sentencia, y para sentir que, como en la de Azorín, también en mi alma había entrado «una ráfaga de honda poesía».

Sí, así fue como mi corazón se llenó de poesía, poesía en forma de entrañables reuniones en torno a una buena mesa, siempre provista de ricos manjares y magníficos vinos, siempre exquisitamente aderezada por el calor de la amistad y por el deseo de compartir.

Sí, así fue como «me subí al Carricoche Yeclano» y empecé a formar parte de esta Sociedad Gastronómica, cuyos miembros son ejemplo de la afición por la excelente gastronomía local y del gusto por disfrutar y compartir en buena compañía.

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